Sach en prensa

31-01-2013

MEDIO: El Mercurio

Cuidados en Verano: Algunos medicamentos pueden agravar los efectos del calor

Hay fármacos que favorecen la deshidratación del organismo y, por tanto, la efectividad terapéutica de una droga, como es el caso de diuréticos, antihipertensivos y antiinflamatorios.

Los medicamentos y las altas temperaturas del verano no siempre son una buena compañía. Mientras el calor excesivo puede alterar la composición de algunas drogas y su acción terapéutica, hay determinados fármacos que potencian los efectos del sol en el organismo, favoreciendo la deshidratación o los golpes de calor. Diuréticos, antiinflamatorios, remedios para la presión o el control del colesterol son algunos de los que merecen atención en esta época, sobre todo si se usan en forma prolongada, advierten los expertos. Ya durante el último verano europeo, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), ependiente del Ministerio de Sanidad de ese país, hizo un llamado a revisar dosis y horarios de uso, debido a un aumento de casos de personas que llegaban a urgencias por desmayos. "Fisiológicamente el ser humano está condicionado para funcionar en un rango de temperatura corporal bien estrecho, entre los 36,5º y los 37º. Altas temperaturas asociadas a una insuficiente ingesta de líquidos y a fármacos que favorecen procesos de deshidratación, por ejemplo, pueden alterar ese equilibrio", comenta el doctor Marco Guerrero, vicepresidente de la Sociedad de Anestesiología de Chile. Los niños y, en especial, los adultos mayores son los más vulnerables a este fenómeno. Como explica el doctor Guerrero, "la deshidratación provoca que los fármacos tengan un menor volumen de distribución a nivel celular, es decir, menos 'espacio' donde disolverse. Eso hace que una misma dosis sea excesiva en esas condiciones", lo que puede exacerbar los efectos asociados con ese medicamento. Para prevenir esto, junto con una hidratación adecuada - nunca esperar a sentir sed para tomar más líquido-, los especialistas aconsejan estar atentos con los medicamentos que provocan alteraciones de la hidratación y electrolíticos, como los diuréticos, y aquellos que pueden alterar la función renal, como los antiinflamatorios no esteroidales (AINE), algunos antibióticos y antivirales. De manera similar, conviene consultar al médico si se usan algunos fármacos contra la arritmia, la epilepsia y la diabetes. El doctor Juan Carlos Molina, geriatra de la Clínica MEDS, también advierte sobre los medicamentos para la presión. "El calor dilata las arterias y produce una baja de la presión en forma natural, un efecto similar al que producen algunos fármacos antihipertensivos. Esos pacientes quizás requieran disminuir las dosis en esta época para no caer en estados de hipotensión, sobre todo si se asocia con una menor ingesta de líquido". Una baja de presión brusca e importante trae consigo el riesgo de sufrir pérdida de conciencia y, con eso, caídas e incluso traumatismos, advierte. De allí la conveniencia de evaluar junto al médico la necesidad de cada uno de los medicamentos, para suprimir los no indispensables, según el estado general del paciente. Asimismo, los especialistas recuerdan que el uso de otras sustancias, como el alcohol, anfetaminas o la cocaína, también pueden agravar los efectos del calor. El doctor Guerrero agrega que, independientemente de la edad de quien consume el fármaco, otro problema que surge en esta época se relaciona con el almacenamiento de los remedios. "Temperaturas mayores pueden alterar la composición de la droga y causar eventuales cambios en su efectividad". Los más susceptibles son los medicamentos líquidos que se administran por vía oral y las vacunas, que requieren de una cadena de frío. Hidratación Entre 1,5 y 2 litros de líquidos es lo que una persona debe consumir a diario. La cantidad puede aumentar sobre todo si las condiciones ambientales son muy secas y calurosas.

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